VII
He recibido de la brisa
la sencillez de algo profundamente anidado,
un soplo desnudo y etéreo,
una sensación que llega igual en el olor de la tierra,
que en la fluidez del agua de los océnos,
en la luz radiante del horizonte y en la niebla gris.
Y.....
en la mente de algunos como tú,
un movimiento
que impulsa la vida.
Todo el pensamiento que lo recorre
alberga en sí una felicidad primitiva.
Por eso,
sigo siendo amante de los prados
y los bosques,
y desde esta tierra verde que gozo contigo...
... amo el poderoso universo que contemplo
en tu mirada
y tu oído.